INGREDIENTES:
- 5 limones
- 400 ml. de leche condensada desnatada
- 250 ml. de leche evaporada
- Zumo de los limones
- 1 cucharada de azúcar
PREPARACIÓN
- Unos 15 minutos antes de comenzar la receta, dejamos en el congelador la leche evaporada y los utensilios para batirla, de esta manera al batirla doblará más fácilmente su volumen.
- Cortamos la parte superior de los limones y las reservamos, pues serán la “tapa” de nuestros limones rellenos. Hacemos una base cortando un poquito la parte inferior, lo suficiente para que se mantengan en pie. Podemos aprovechar estos pequeños “recortes” rallándolos sobre la masa final, para potenciar más aún el sabor, ¡aquí no tiramos nada!
- Exprimimos ligeramente los limones respetando la apertura que hemos hecho. Con un sacabolas, o si no tenemos con una cucharita, extraemos toda la pulpa con mucho cuidado para mantener intacta la corteza. Me he ayudado también de una pinza para retirar los pellejitos más rebeldes. Vamos reservando toda la pulpa sobre un colador para aprovechar bien todo el zumo.
- Metemos los limones vacíos en el congelador para que endurezcan.
- Mezclamos con unas varillas la leche condensada con el zumo de limón. Reservamos.
- Batimos la leche evaporada con un poco de azúcar, hasta que doble su volumen. Añadimos a la mezcla anterior y removemos con movimientos envolventes.
- Rellenamos los limones al ras con la mezcla, y reservamos en el congelador unas horas. La mezcla sobrante la reservamos en un tupper.
- Cuando el helado de los limones se ha congelado, ponemos sobre cada limón una o dos cucharaditas más del helado reservado, haciendo una “montañita”, y así conseguiremos darles volumen y que queden más bonitos. Les ponemos el “sombrerito” y los devolvemos al congelador.